viernes, 13 de abril de 2007

Carta de Amor/Desamor

Por Ángel Grau

Amor de mi vida:


Te mando esta serenata. Mejor dicho, te canto esta serenta yo solito ysin guitarra porque temo que también ella se enamore de ti. Y será unaserenata muda, ni mi voz quiero que se te acerque; ni mi mente tampoco,ni siquiera las letras que sudan mis dedos. Solo el amor que te tengo,que sale del corazón pero también de los poros, de las venas, de loshuesos y de los bellos. Es decir, eres el amor de mi vida o, sea dichocon más verdad, eres la fuente de mi vida. No sé si esto será buenopero solamente estoy conectado a la cordura si me decerebro a tu lado;la magia existe solo en tus ojos y solo por tus ojos puedo hacermemariposa o mariposario; me provocas unos espamos sonrientes que para elresto deben ser maléficos –el goce en esos niveles no es humano-; no hainventado el hombre un alimento tan completamente cómplice con lafelicidad como tu boca; tampoco se ha hallado una catársis de semejanteprofundidad que andar de tu mano por el cielo. No sé si esto serábueno, no sé si valdrá que yo sea tu mellizo y tú seas tan enormementegenerosa de darme pan a pesar de tu hambre, de ahogarme con el agua quete falta, de poner el pecho a las balas por mí y reirte después conternura. Ahora que te llevo esta serenata noto que tengo frío, que mepasan ideas devaluadas por la cabeza, que me pica entre el fin de laespalda y la nalga derecha, que todavía soy capaz de deslagrimarme y dedesleirme de la risa. Noto que me pasan tantas cosas que se sientenhumanas pero que, en el fondo, son divinas porque se explican nada másque por esto que no sé si será bueno.No, no lo sé. Lo que sí sé es nunca me había sentido así de bien, queno quiero sentirme diferente, que estoy satisfecho y con fuerzas paraseguir recorriendo los trechos –pedregosos o levitantes- para llegar atu corazón y darle bienestar. Es mi propósito de fe, no otro.

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