martes, 16 de enero de 2007

Botas vs. Tacones

Botas vs. Tacones

por Daria

Esperaba que llegaras, tus botas te anunciarían en el andén de madera apolillada. Como siempre pasaron las horas. Las marcaba con mis tacones gruesos sobre la alfombra de pelo corto. 125 minutos más tarde te oí entrar. Sacudías con descuido las botas sobre las gradas . Una vez en el umbral me miraste a los pies y te burlaste de mis tacones. Nada peor que ser una mujer que no merece usar zapatos de taco. Te sentaste al borde de la cama sin decir nada. De rodillas frente a ti inicie la tarea -entretenida antes, penosa ahora- de desamarrar los cordones de tus armaduras. Botas negras brillantes con 25 agujeros para anudar cordones negros también. Lo hago con poca paciencia mientras la ceniza de tu cigarrillo cae sobre mi hombro. Una vez desamarradas me miras y me dices que te vas. Nada peor que ser una mujer que no merece a un hombre con las botas desamarradas. Que no me amas. Que prefieres... no explicar. Preparada para este tipo de revelaciones, me sacó los tacones. Sigues sin moverte. Recuerdo con ternura una escena de Underground, pero no la repito. En lugar de ofrecerte mis zapatos te los aviento a la cabeza. Me miras con desdén e intentas pararte pero tropiezas en el metro de cordón negro de tu bota izquierda. Recojo mis tacones y me voy. Nada mejor que ser una mujer con los zapatos puestos cuando es momento de caminar de frente y desaparecer.

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